Desde que todo esto empezó hasta ahora, nos han ido surgiendo dudas a las que nadie nos ha sabido (ni nos sabe) dar respuesta. Sobre todo con respecto a las mascarillas, que además, si todo sigue así, van a empezar a ser obligatorias.
Su uso obligado y necesario está también haciendo que nuestras calles y océanos se ensucien… lo queríamos comentar a modo de dato (El Ayuntamiento de Roma ha aprobado una ordenanza que establece multas de entre 25 y 500 euros a quienes arrojen en la vía pública las mascarillas o los guantes usados para evitar el contagio del coronavirus).
Volviendo al tema, llevamos semanas escuchando cuántos tipos hay, cuáles son las que más protegen, cómo ponerlas y quitarlas… Pero cuanto más se generaliza su uso, más dudas se plantean.
¿Hemos de usar una cada vez o podemos reutilizarlas? Si salgo con ella de casa y después estoy en un espacio abierto donde puedo quitármela, ¿qué hago con ella? ¿Dónde la guardo? Si al aire libre el virus pierde actividad conforme transcurren las horas, ¿dejo las mascarillas colgadas en el tendedero unos días para poder reutilizarlas? ¿Y si las desinfecto con alcohol? (lo hemos leído en la vanguardia).
También nos surgen las dudas sobre los tipos de mascarillas que hay…te lo contamos todo aquí.
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¿Qué te parece si observamos algunos datos y hacemos algo de matemáticas aplicadas? La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha calculado que sólo para ir a trabajar, sin contar fines de semana ni periodos extralaborables, gastaremos unos 24 euros al mes en mascarillas quirúrgicas. Para una familia de cuatro miembros la factura se cifra en unos 115 euros y, si se opta por mascarillas del tipo FPP2 en busca de mayor protección, entonces el gasto sube a 266 euros.
Carmen Sarabia responde algunas de las dudas más profundas sobre el uso de las mascarillas. Ella es docente e investigadora en la Universidad de Cantabria (España), en donde también se desempeña como coordinadora del grupo de investigación de Enfermería del Instituto de Investigación Valdecilla. Cuenta con un doctorado en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, con tesis en Neuropsicología. Es enfermera, psicóloga y antropóloga de formación.
Aquí vamos con esos 10 datos útiles acerca del uso de las mascarillas:
¿Se puede reutilizar la mascarilla? ¿Cuántas veces?

¿Se puede desinfectar? ¿Colgada al sol? ¿Con alcohol? ¿Con lejía?
Si se humedecen, ¿se pueden secar?
Que la mascarilla se humedezca por la lluvia no es tan peligroso como que lo haga por sudor u otros fluidos corporales (Dani Duch)
Las de tela, ¿protegen más con filtros de carbón activado?
Si llego a un sitio donde no la necesito o he de quitármela, ¿qué hago con la mascarilla? ¿La dejo en la barbilla? ¿La llevo en la mano?
Igual que ya no saldremos de casa sin mascarilla tampoco deberíamos hacerlo sin su “estuche”, una bolsa o cajita de plástico (o metal) que cierre herméticamente donde guardarla cuando no la usemos. Pero ¡ojo a la hora de quitársela! Hay que usar las dos manos y retirarla desde las sujeciones de las orejas, sin tocar la parte externa del cubrebocas.
¿Y en el coche?
¿Cómo guardarlas?
Tanto en casa como fuera de ella las mascarillas deben guardarse y conservarse en un recipiente hermético. Una bolsa de plástico con cierre zip, de las que se usan para congelar alimentos, es suficiente. O un pequeño tupper.